Polémica la que se ha levantado en Salamanca en el acto en el que el religioso Antonio Romo ha recibido de manos del presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, la Medalla de Oro de la Provincia.
El PSOE ha criticado duramente la actitud de Javier Iglesias durante el acto acusándole de “pronunciar un discurso indigno, injurioso y ofensivo” y considerando el comportamiento del presidente como “bochornoso, insultante, además de provocador”.
Y es que según el Grupo Socialista en la capital charra, Iglesias “se ha dirigido a todos los presentes en el acto, alcaldes y concejales de todos los municipios, invitados entre los que se encontraban algunas autoridades y a la persona homenajeada, el párroco Antonio Romo con una palabras más propias de un mitin que de una ceremonia institucional”.
“Con esta actitud, en la que ha hecho ostentación de una total falta de respeto tanto a la persona homenajeada, a la que apenas ha dedicado unas palabras, como a los alcaldes, concejales y personas invitadas al acto y venidas de toda la provincia, el señor Iglesias ha vuelto a demostrar que no es digno ni hace honor al cargo o a los cargos que ocupa, siempre más preocupado por los intereses de su partido y por prestar un buen servicio y hacer un buen trabajo a los dirigentes nacionales del Partido Popular en Madrid que por defender los intereses de la provincia de Salamanca y de sus habitantes aportando soluciones a la multitud de problemas que la asolan”, ha asegurado el PSOE.
Los socialistas han acabado asegurando que “Javier Iglesias ha protagonizado hoy un mitin en toda regla, demostrando sus preferencias que van más por el gobierno central en funciones y por su partido que por la provincia de Salamanca”.
Y han apuntillado que “Con este discurso mitinero se ha decantado definitivamente por su posición en el Senado. Dejando a un lado las soluciones a los múltiples problemas que tiene esta provincia para mostrar sus únicas preocupaciones y que son: sus aspiraciones políticas, quién ocupará el gobierno de la nación, y su carrera política. Una carrera política orientada a la consecución de alguna presidencia de Comisión en el Senado, algo que, visto lo visto hoy con su discurso, se ha ganado y con creces, como también se ha ganado la vergüenza, la repulsa y el enfado de todos los alcaldes y concejales presentes en el acto”.