La patrona ha hecho valer hoy su condición de dar nombre a las fiestas con una elegante y sobria procesión. La Virgen de San Lorenzo ha partido de la iglesia del mismo nombre hasta la Catedral, recorriendo varias calles del centro y ha vuelto tras la misa, pasando en este segundo camino sobre la alfombra de flores colocada con esmero en la Plaza Mayor.
El alcalde, Óscar Puente, y el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, han presidido la presencia de las autoridades en la procesión, a la que también han asistido varios concejales de la Corporación municipal.
La soleada mañana y el leve descenso de las temperaturas han facilitado que cientos de personas hayan presenciado el camino de la Virgen y se hayan unido al recorrido tras la procesión, especialmente al paso por la Plaza Mayor, donde el tapiz de flores ofrece una estampa única.
Arraigo tradicional
En la misa, el arzobispo de Valladolid y cardenal, Ricardo Blázquez, durante la homilía que ha pronunciado ha destacado que el ambiente festivo, la música y las danzas, los juegos, el descanso, o la alfombra de la Plaza Mayor para que La Señora abra camino a los vallisoletanos, “son muestras de afecto y de fe”.
El arraigo de la devoción a la Virgen de San Lorenzo, Patrona de Valladolid es una “garantía de su transmisión a las generaciones que llegan”, ha señalado el arzobispo antes de recordar que “la familia es fundamental para sus miembros, para la Iglesia y la Sociedad, está inmersa en una crisis sin precedentes”.
